viernes, 28 de febrero de 2014

Perashat Pekude


La parashá anterior, Ki Tisá, terminó cuando Moshé bajó de la montaña, visiblemente cambiado por su experiencia de proximidad a D'os.  Vaiakhel, como su nombre lo indica, comienza cuando Moshé reunió al pueblo, para enseñarles la Torá que recibió en el Sinai.  Él comenzó con las leyes del Shabat.  Esto no tendría que sorprendernos; nosotros sabemos que el Shabat es una de las mitzvot más importantes, la fundación del judaísmo.  Algunos comentarios resaltan la yuxtaposición de estas enseñanzas con el pecado del becerro de oro. El becerro de oro fue idolatría, en algún nivel; Shabat, como testimonio de que D'os ha creado el mundo en seis días, sirve como un antídoto espiritual para la idolatría en el futuro.  Otra conexión entre el pecado del becerro de oro y la elección de las leyes de Shabat como la primera lección, está en la misma naturaleza del pecado: si nosotros decimos que el becerro de oro fue un intento de "conocer a D'os", el Shabat fue ofrecido por Moshé como el método correcto para alcanzar esa meta.  Si buscan a D'os y desean conocerLo, cumplan Shabat.  Esta es la manera apropiada de experimentar lo Divino.
Lo sorprendente es que los judíos ya habían sido ordenados cumplir Shabat.  La idea del Shabat fue mencionada en cuatro diferentes ocasiones en el libro de Shemot (16:23; 20:7-10; 23:12; 31:13-17) aparte de la enseñanza en Mará (15:25) donde tradicionalmente aprendemos que los judíos fueron ordenados cumplir Shabat (ver Sanhedrín 56a, Rashí 24:3).  ¿Por qué fue necesario una quinta repetición?  Una mirada más cercana a las enseñanzas específicas en esta sección pueden esclarecernos:
"Seis días se hará trabajo (melajá), pero el día séptimo será para ustedes consagrado, Shabat, día de descanso ante D'os.  Todo el que hiciere en él trabajo (melajá) morirá.  No encenderán fuego en todos vuestros lugares, en el día de Shabat" (35:2 - 3).
Podemos resumir estos versículos en dos ideas centrales: 1) la prohibición de hacer melajá, y 2) la prohibición de usar fuego.  Pero ¿qué es melajá, y por qué el fuego está excluido de la categoría de melajá y mencionado aparte?  Estas preguntas son tratadas extensivamente en el Talmud, y seguro que ninguna ley de Shabat puede ser entendida sin las definiciones halájicas de trabajo, por un lado, y la categoría única del fuego, por el otro.  El marco halájico general de esta sección está construido sobre su contexto dentro de las leyes que circundan a la construcción del Mishkán.  La palabra melajá es la clave para la sección que describe el trabajo en el Mishkán (por ejemplo: 35:21, 31, 33, 35; 36:1-8), así como también la clave para nuestra parashá, en la cual Moshé enseña las leyes de la observancia del Shabat.  Es por eso que Nuestros Sabios deducen que la clase de trabajos descriptos en las instrucciones de la construcción del Mishkán son los que están prohibidos de hacer en Shabat.
Ahora bien, una pregunta más básica reemplaza nuestra pregunta previa: ¿por qué las leyes de Shabat derivan de la sección que habla de la construcción del Mishkán?  En un sentido literal y literario, uno puede decir que ya contestamos a la pregunta: la misma palabra, melajá es utilizada en ambas secciones.  Pero en un sentido más amplio, esta respuesta pide una pregunta.  ¿Por qué específicamente aquí, de la sección que describe la construcción del Mishkán, derivan las leyes de Shabat?  Debe haber alguna relación intrínseca entre Shabat y el Mishkán.
De los dos conceptos, el Mishkán parece ser más difícil de entender para nosotros.  ¿Por qué D'os necesitaría una "casa" terrestre?  Esta pregunta fue expuesta en el Midrash:
"Tres cosas escuchó Moshé de D'os, y se estremeció y se fue hacia atrás.  Cuando le dijo: 'Y harán para Mí un Santuario y moraré en ellos'(25:8), dijo Moshé delante del Santo - Bendito es Él: Señor del Universo: está escrito: 'He aquí que los cielos y los cielos de los cielos no Te pueden contener…' (Melajim I -I Reyes- 8:), ¿y Tú me dices: 'Y harán para Mí un Santuario…'?
Le dijo el Santo - Bendito es Él: Moshé, no es como tú piensas sino 20 tablas al norte y 20 tablas al sur y 8 al oeste, y Yo descenderé y contraeré (metzamtzem) Mi Divinidad (Shejiná) abajo (Pesiktá Derab Kahana Parashá 2.10, también ver Shemot Rabá 34:1 donde la conclusión es "Metzamtzem" Mi Shejiná en un amá por un amá").
Evidentemente la necesidad es del hombre y no de D'os.  Para que D'os permita que Su Presencia more en el Mikdash, alguna clase de contracción, por decirlo así, es necesaria por parte de D'os.  Esta misma pregunta puede ser hecha acerca del Shabat. ¿Por qué D'os necesita un día de descanso?  De alguna manera nosotros estamos cómodos con la idea del Shabat; D'os creó durante seis días y descansó en el séptimo.  Pero bajo un análisis crítico esto parece absurdo -- tan absurdo como que D'os tenga una "casa".
Reconsideremos la idea de la Creación.  No había nada, y entonces D'os creó los cielos y la tierra.  Este proceso de creación continuó por seis días; y a su finalización D'os "descansó", así como también la creación de D'os.  Nuestra idea de trabajo (melajá) es hacer un cambio en un material existente, esta es la perspectiva de un ser finito utilizando creatividad dentro de un esquema finito.  Sin embargo, D'os es infinito.  La misma noción de la creación incluye el tiempo, espacio y materia, todos los conceptos de los cuales D'os trasciende.  Su creación es descripta como "iesh meáin", materia de la nada, creación ex-nihilo.
Los escritores cabalistas ofrecen un entendimiento alternativo de la creación como "iesh meein", algo del Ein Sof, lo finito emergiendo de lo Infinito.  Consideremos el problema matemáticamente: cualquier valor sumado a lo infinito obligatoriamente da una suma que es infinita.  Cuando D'os, Quien es Infinito, crea un valor finito, por ejemplo: el mundo, la suma total de la realidad debería ser infinita.  ¿Cómo es posible que lo finito pueda ser sumado a lo infinito?  La respuesta de los cabalistas es un término conocido como "tzimtzum" - contracción.  La creación no es el resultado de D'os sumado a algo finito; sino que Él "contiene" Su infinidad, por decirlo así.
Ahora nosotros podemos ver a la Creación, y por consiguiente al Shabat, desde una perspectiva diferente.  En el primer día, D'os contuvo Su infinidad; de la misma manera en el segundo hasta el sexto día.  Finalmente, al final del sexto día, el mundo fue completado y D'os descansó.  En otras palabras, D'os volvió a un modo de no contracción, volvió a lo infinito. Es por eso que Shabat es el día que representa infinidad, el único día que se relaciona con D'os y lo refleja en Sus términos, no por medio del "tzimtzum".
Este concepto de tzimtzum puede darnos una visión más amplia del Shabat.  Como dijimos antes, D'os está por afuera del tiempo; la creación marca el comienzo del tiempo.  El Shabat por su lado, representa lo infinito.  ¿Qué tiempo existió antes de la creación?  Fue un tiempo de "infinidad", o en otras palabras, fue Shabat!!  En el pensamiento judío, la creación tuvo lugar en "el primer día", el día después de Shabat.  La creación fue en el anochecer: "fue noche, fue mañana, un día".  Es por eso que puede ser dicho que la creación tuvo lugar en el mismo momento que terminó Shabat.  El momento anterior a la creación es infinidad - Shabat, y el momento después de los seis días de la creación es Shabat, nuestra propia avenida hacia la infinidad.  Ambos momentos indican el mismo momento desde la perspectiva de D'os, a pesar de que están separados por un mundo de diferencia desde nuestra perspectiva.
Nosotros notamos que el hombre tiene la oportunidad de tocar la infinidad al formar parte del Shabat.  Esta observación nos ayudará a entender la exclusión del fuego de las otras melajot.  Cuando el Talmud trata una pregunta relacionada con la habdalá, el versículo traído como prueba es sacado del libro de Génesis:
Uno no debe bendecir por las velas hasta que ellas den buena luz.  Esto fue explicado por Rabí Zeira el hijo de Rabí Abahu: "D'os vió que la luz era buena", y luego está dicho: "D'os distinguió (vaiavdil) entre la luz y la oscuridad" (Talmud Ierushalmi, berajot cap. 8 pag. 12b, halaá 3).
Cuando nosotros apreciamos que el primer día fue el momento después de Shabat, esta enseñanza tiene más significado.  Nuestra havdalá refleja esta primera y esencial havdalá hecha por D'os con el acto de la creación.  Rabenu Bejaié comentando la parashá de esta semana, muestra esta conexión claramente.  Él explica que el fuego es separado de todas las otras melajot en las enseñanzas de Moshé, porque así como D'os comenzó la creación con fuego al decir: "que haya luz", así el hombre comienza la semana con el fuego de la Havdalá.
Retornemos a las leyes del Shabat que derivan de las melajot del Mishkán.  La creatividad es manifestada cuando el objeto es "mejorado", pero esta clase de trabajo es fundamentalmente diferente del trabajo que D'os hizo en la creación.  El trabajo de D'os fue "algo de la nada", mientras que nuestro trabajo es "algo de algo".  Siendo que nosotros somos seres finitos, nuestra creación es obligatoriamente diferente de la de D'os.  Mientras que D'os "se contuvo" en función de crear, el hombre avanzó;  mientras que D'os entra en Su "modo infinito" en Shabat, trascendiendo el Tzimtzum que Él empleó al crear el mundo, el hombre debe contener sus energías creativas.  Lo que nosotros hemos descripto es una relación inversa, debido a la diferencia fundamental entre el hombre y D'os.  Se puede describir la relación con los siguientes términos: esta dicho que el hombre fue creado a imagen de D'os; de hecho nosotros somos el espejo de la imagen de D'os.  Nosotros estamos opuestos.  Es por eso que en Shabat nosotros "retenemos" mientras que tratamos de ser como D'os de la única manera que podemos - imitando los caminos de la creación de D'os, tzimtzum.  Quizás eso es lo que queremos decir cuando describimos nuestro descanso en Shabat como "una conmemoración del acto de la Creación": nosotros hacemos en Shabat lo que D'os hizo en la creación.
Ahora podemos entender la intrínseca relación entre las leyes de Shabat y la construcción del Mishkán.  Ambas representan la idea de D'os "contrayéndose".  Y así como D'os contestó en el Midrash:
"Moshé, no es como tú piensas sino 20 tablas al norte y 20 tablas al sur y 8 al oeste, y Yo descenderé y contraeré (metzamtzem) Mi Divinidad (Shejiná) abajo".
…así también D'os tuvo que contraerse para hacer posible la creación del mundo.  Mi rabino, Rab Iosef Dov Soloveitchik, ZT"L, explicó estos conceptos de la siguiente manera: para los judíos, el entendimiento filosófico lleva al imperativo moral.  El judío debe emular a D'os, y practicar el tzimtzum en varias relaciones.  Esta es la idea de Guevurá - fuerza, como está escrito en la Mishná:
"¿Quién es fuerte? Aquel que tiene autocontrol" (Avot 4:1).
Esta idea está en el corazón de todas las éticas judías, y marca un camino radical en la manera en que el hombre ve sus responsabilidades respecto de su prójimo.  Es notable que la Torá comienza con "Bereshit bará Elokim", el nombre "Elokim" es asociado con el reino místico de Guevurá. D'os tuvo "autocontrol" limitando la infinidad en el proceso de la creación.  Es por eso que nosotros podemos ver el Shabat como un día de aventura en el autocontrol, incluyendo con frecuencia las actividades más mundanas y triviales, sólo porque son definidas como actividades creativas, melajá.  Se espera que este autocontrol se "desborde" dentro de la semana, elevando todas nuestras acciones y pensamientos.  Esta idea puede ser ilustrada por una aparente contradicción entre el Talmud Ierushalmi y el Babilonio.  El Babilonio dice:
Rabí Iojanán dijo en nombre de Rabí Shimón Ben Iojai que si todos los judíos observaran sólo dos Shabatot correctamente, la redención llegaría inmediatamente (Shabat 118b).
El Ierushalmi dice:
Si todos los judíos observaran sólo una vez el Shabat correctamente, el Hijo de David vendría (Ierushalmi Taanit 1:1, 64a).
Podemos decir que las fuentes no son realmente contradictorias.  En verdad, debemos observar sólo un Shabat, así como está escrito en el Ierushalmi, pero el que debemos observar es el segundo Shabat, como está escrito en el Bablí.  Después de todo hay una diferencia significativa entre el primer Shabat y el segundo.  Un Shabat observado en un vacío espiritual seguro que nos elevará espiritualmente, pero este no es la clase de Shabat que traería la Redención.  Este primer Shabat serviría a un propósito diferente, influenciando óptimamente a la semana siguiente, afectando al domingo, lunes, etc.  El valor espiritual del cumplimiento de ese primer Shabat, daría un diferente matiz al resto de la semana.  Marcaría una cima espiritual, no una isla espiritual.  Esta es la clase de Shabat cuyo cumplimiento traería la Redención.  
Es el Shabat de un semana, y el mundo se elevaría.  (ver la discusión en "Pri Tzadik" por el Rab Tzadok Hacohen, vol.4, 108-109).
Ambos el Shabat y el Mishkán son las moradas de D'os en este mundo.  Por la virtud de incorporar la santidad de D'os en nuestras vidas redimimos el mundo.  
Este fue el gran mensaje dado a los Hijos de Israel por Moshé luego de descender del Sinai.  Esta enseñanza les mostró a ellos el camino hacia el D'os Infinito que ellos buscaban.

Por. Rab Ari Kahn


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